Por Eduardo Ramírez
Este 4 de junio en las urnas se decidió el destino del Estado de México y de Coahuila.
El gobierno coahuilense, al más puro estilo priista, intervino en todo momento en el proceso electoral, con el condicionamiento de los programas sociales, la compra de votos, la intimidación y con la campaña de desprestigio en contra de nuestro candidato.
Todos estos elementos fueron clave para mantener el bastión priista y dar continuidad a gobiernos corruptos, lejos de los ideales de un Estado de bienestar.
La operación política en el norte fue a destiempo. De manera tardía, las dirigencias nacionales del Partido del Trabajo y del Partido Verde Ecologista de México decidieron respaldar al candidato morenista a la gubernatura. Aun así, tuvimos resultados que refrendan la lealtad y apoyo al Presidente de la República, para garantizar la consolidación de la Cuarta Transformación en el país.
Por su parte, en el Estado de México, desde los inicios del proceso electoral se vio la preocupación y la ocupación de articular nuevamente una alianza ganadora como en el 2018 con la coalición Juntos Haremos Historia, que dio como resultado el triunfo de la candidata que plenamente se identifica con el pueblo mexiquense, quien cuenta con atributos de honestidad y compromiso para llevar a cabo la alternancia que transforme a dicha entidad.
A diferencia de Coahuila, en el Estado de México se logró un proceso limpio y transparente, el mandatario estatal se mantuvo al margen, sin inmiscuirse en la sucesión gubernamental. Cuidó en todo momento, que la elección cumpliera con los principios rectores de la democracia: que sea igualitaria y equitativa.
El Estado de México tendrá a su primera gobernadora.
Nuestro movimiento, desde sus inicios, se ha caracterizado por ser pacífico y democrático. Somos hombres y mujeres libres que luchamos día a día por la transformación de México.
En el Estado de México se derrocó al viejo régimen autoritario, la ciudadanía eligió un gobierno honesto que implementará políticas de bienestar para todas y todos los mexiquenses.