Miles de ecuatorianos ejercen su derecho al voto en Madrid (España) durante la segunda vuelta para las elecciones generales de Ecuador. API/Eduardo Oyana

Ecuador pondrá a prueba su sistema democrático en las elecciones de 2025

La profusión de candidatos de diversas tendencias políticas que contendrían en las elecciones generales de febrero próximo no evidencia una buena salud del sistema democrático en Ecuador, sino un debilitamiento, según expertos consultados por la Agencia Sputnik.

Se espera que 16 binomios presidenciales se inscriban antes de la fecha tope, el próximo 2 de octubre, de cara a los comicios del 9 de febrero de 2025, en los que también serán elegidos los 151 diputados de la Asamblea Nacional y los cinco del Parlamento Andino.

Fernando Cerón, precandidato a diputado a la Asamblea por el movimiento Pachakutik, dijo a esta agencia que Ecuador necesita una reforma electoral importante, y no solo por la abundancia de candidaturas, sino por las falencias del modelo.

«Ha demostrado ser un modelo poco funcional, sin capacidad para generar representación de la ciudadanía, en el cual participan partidos políticos sin anclaje ideológico, que finalmente se convierten en partidos de alquiler para candidatos sostenidos por grandes billeteras», indicó Cerón.

El también presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana recomienda tomar en consideración formatos como los de Colombia y Argentina, los cuales se apoyan en las elecciones primarias a «procesos democráticos que garantizan candidaturas con condiciones electorales importantes».

A su vez, la consultora política Alondra Enríquez señaló a Sputnik que el ámbito electoral de los últimos 40 años siempre ha estuvo muy marcada la tendencia de derecha o izquierda en esta nación andina, pero con la irrupción de la Revolución Ciudadana (RC, izquierda), en 2006, se abrió un abanico de posibilidades, tanto en la discusión como en la participación política de los ecuatorianos.

«Eso es lo que hoy está pasando en el Ecuador y es la respuesta de los (tantos) binomios que tenemos y, evidentemente, en vez de fortalecer el sistema democrático lo que hace es debilitarlo, mercantilizarlo y desgastarlo», señaló Enríquez.

Fragmentación del electorado

Según el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), la fragmentación electoral evidenciada en 2023 durante las elecciones anticipadas, realizadas después que el entonces presidente Guillermo Lasso (2021-2023) las convocara, «parece intensificarse de cara a los comicios de 2025».

En aquella oportunidad, el electorado se vio en la disyuntiva de elegir entre 10 binomios, a lo cual se atribuye en gran medida la dispersión del voto y el resultado que obligó a una segunda vuelta, un fantasma que acecha para el próximo proceso electoral, a juzgar por la cantidad de aspirantes presidenciales.

Al momento, hay 232 agrupaciones políticas registradas por el ente electoral, de las cuales 7 son partidos políticos, 10 corresponden a movimientos nacionales y 61 a movimientos provinciales; en tanto 139 son de ámbito municipal y 15 funcionan a nivel parroquial (barrios).

«Son partidos constituidos para fragmentar el voto y no precisamente a partir de un programa, un proyecto político de opciones de matiz dentro de esta línea, sino que funcionan más como operadores en ese sentido electoral», explica Enríquez.

Para la también socióloga, los candidatos terminan siendo agentes del marketing político en Ecuador, y no de una consolidación de liderazgos de base.

Cerón, por su parte, considera que el problema de la democracia ecuatoriana no radica en la gran cantidad de competidores en las urnas, sino en el nivel de representatividad de los aspirantes.

Anticipó que, como en otros procesos con papeletas extensas, finalmente la votación quedará anclada en muy pocos candidatos, cuatro o cinco a lo sumo, quienes son realmente competitivos.

«El proceso de unidad que trataron de sacar a adelante las izquierdas fue un ejercicio absolutamente necesario, pero muy complejo en medio de tensiones hacia el interior de esa corriente, por lo menos en sus dos partidos más importantes, Pachakutik y la Revolución Ciudadana, cuyo antagonismo fue evidente durante los gobiernos de RC (2007-2017) y mientras desde ambos lados no exista una evaluación real de sus posturas y una autocrítica de lo que sucedió en ese proceso, no vamos a poder avanzar hacia una conjunción de las izquierdas», consideró.

La estrategia electoral

«Es evidente que en un contexto electoral de tanta dispersión se vuelve agotador el discurso, logrará captar la atención quien salga del discurso monótono», adelantó Cerón.

En su opinión, en voz de todos los candidatos estarán los mismos temas: seguridad y apagones, y eso va a cansar a la audiencia electoral, sobre todos en redes sociales.

«Quienes se queden atrapados (en esos asuntos) y se vuelvan candidatos monotemáticos no van a poder acumular fuerzas, será mejor el que logre poner una propuesta nueva», consideró.

El gran reto de las organizaciones políticas que disputarán las presidenciales será establecer una estrategia que les permita diferenciarse para captar el voto y posicionarse en el tablero electoral.

Entre los nombres que se repetirán en la papeleta destacan el presidente, Daniel Noboa, quien buscará la reelección por su movimiento de centro derecha (Acción Democrática Nacional), y Luisa González (RC), movimiento que perdió las elecciones de 2021 ante Lasso, y en 2023 ante al actual mandatario.

Noboa y González se disputaron la presidencia en segunda vuelta, luego de que la única mujer candidata a la primera magistratura se impusiera en la primera vuelta, pero no alcanzara el mínimo del 40 por ciento del apoyo de los votantes, más una diferencia de 10 puntos con su rival más cercano.

Otros dos que repiten como candidatos a la Presidencia son Jan Topic, quien se presentó en los comicios precedentes como el candidato «outsider» y ahora se inscribirá por el partido SUMA (centro derecha), y Andrea González, excandidata a la vicepresidencia por el movimiento Construye en 2023, ahora con el apoyo del Partido Sociedad Patriótica (PSP, centro derecha), liderado por el expresidente Lucio Gutiérrez (2003-2005).

Según la consultora política Enríquez, cada uno de los binomios han apostado por un aparente valor diferenciador entre derecha e izquierda y centro, pero «la honestidad y la rigurosidad en los candidatos será la única arma para lograr convencer a los electores».

«Es decir sus planes de gobierno deben apoyarse sobre la base de datos y alcances reales, los electores están cansados de propuestas incumplidas, Lasso dijo un millón de empleos y nunca pasó, Noboa dijo cero apagones, y eso aún está por verse», aseveró Enríquez. (Sputnik)

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